DIVERSIDAD DE CARISMAS

Carismas al servicio de la comunión evangelizadora

       Dice el Papa Francisco en la Evangelii Gaudium, nº 30:

“El Espíritu Santo también enriquece a toda la Iglesia evangelizadora con distintos carismas. Son dones para renovar y edificar la Iglesia. No son un patrimonio cerrado, entregado a un grupo para que lo custodie; mas bien son regalos del Espíritu integrados en el cuerpo eclesial, atraídos hacia el centro que es Cristo, desde donde se encauzan en un impulso evangelizador. Un signo claro de la autenticidad de un carisma es su eclesialidad, su capacidad para integrarse armónicamente en la vida del santo Pueblo  fiel de Dios para el bien de todos…”

 

LAS COMUNIDADES NEOCATECUMENALES EN

LA PARROQUIA DE NTRA. SRA. DE BEGOÑA

 

Las Comunidades Neocatecumenales se encuentran presentes en la Parroquia de Ntra. Sra. de Begoña desde 1968, en que el entonces párroco P. José Vioque, que conocía a Kilo Argüello (iniciador junto a Carmen Hernández del Camino Neocatecumenal) a través de los Cursillos de Cristiandad, y sabiendo de las experiencias de Kiko y Carmen evangelizando entre los más pobres en el barrio marginal de Palomeras Altas de Madrid, pidió que se iniciaran en esta parroquia las catequesis para formar comunidades neocatecumenales, con una inspiración del Espíritu Santo que posteriormente sería confirmada por Juan Pablo II cuando afirmó: “Reconozco el Camino Neocatecumenal como un itinerario de formación católica válido para los tiempos de hoy”.

 

Es justo y necesario aprovechar este momento del 50º Aniversario de la Parroquia de Begoña para dar gracias a Dios por los frutos que el Espíritu Santo, a raíz del Concilio Vaticano II ha suscitado a través del Camino Neocatecumenal en numerosas parroquias de todo el mundo, y más concretamente en esta de Ntra. Sra. de Begoña.

 

Todos los años, a lo largo de este tiempo, se han dado catequesis en nuestra parroquia, y nuevos hermanos se han ido incorporando año tras año a este itinerario de renovación progresiva de su Bautismo a través de las distintas etapas de que consta este itinerario de formación cristiana: hoy somos más de 270 hermanos en las comunidades de la parroquia. Algunos de los miembros de nuestras comunidades estaban alejados de la Iglesia, incluso eran enemigos de ella, otros muchos son hijos, o nietos (y hasta biznietos) de hermanos de las comunidades más veteranas

 

Estos jóvenes, muchos de ellos ya casados y con hijos, han experimentado, gracias a las celebraciones domésticas de laudes que cada familia hace los domingos por la mañana, lo que significa el don de la fe y la reconciliación y el perdón entre los padres, entre sus padres y ellos, y entre los propios hermanos de sangre, cuando la comunión se rompe a causa del pecado. El ver cómo sus padres permanecen unidos en medio de sus dificultades y sus diferencias gracias a la actuación del Espíritu Santo en la celebración de la Palabra un día entre semana, en la Eucaristía los sábados por la noche y en la vida de comunidad, en medio de tanta destrucción en las familias de sus compañeros de clase, hace que, de forma natural, estos chicos y chicas entren a formar parte de una comunidad como la de sus padres en cuanto alcanzan una edad adecuada para escuchar y acoger la Buena Noticia de que Cristo ha muerto y resucitado para que sus pecados sean perdonados y puedan vivir la gratuidad del amor de Dios en sus vidas y la posibilidad de empezar a disfrutar la Vida Eterna ya aquí en este mundo.

 

Es preciso aquí expresar el agradecimiento a la Iglesia que como madre y maestra nos va guiando en nuestro caminar hacia la patria celestial a través de su magisterio. Especialmente agradecidos a los últimos papas cuyas enseñanzas han contribuido de forma decisiva al fortalecimiento de nuestras familias: nos referimos de forma clara a la teología sobre la familia desarrollada a lo largo de innumerables intervenciones por Juan Pablo II, y a la adhesión de los hermanos de nuestras comunidades a la doctrina desarrollada por Pablo VI referente a la “apertura a la vida”. Tantísimas parejas de novios del Arciprestazgo al que pertenece la Parroquia de Begoña han podido recibir esta doctrina de boca de los catequistas (hermanos de nuestras comunidades neocatecumenales) de cursillos para novios que se van a casar por la Iglesia.

 

Es importante resaltar la participación de los jóvenes de las comunidades en las Jornadas Mundiales de la Juventud desde que Juan Pablo II las iniciara. Cada vez que se convoca una de estas Jornadas los jóvenes se afanan buscando trabajos y organizando mercadillos para conseguir el dinero que supondrá la peregrinación. Este año que la Jornada se celebra en Madrid, actuarán como voluntarios para que los actos a los que asistirán los jóvenes peregrinos de otros países se lleven a cabo de la mejor forma posible.

 

A lo largo de estos años, los hermanos de las comunidades que llegan al paso de la Traditio Symboli, por agradecimiento a lo que han recibido gratis de parte de la Iglesia, van de dos en dos por las casas de la parroquia para dar gratis su experiencia de salvación a través de Jesucristo resucitado que ha perdonado todos nuestros pecados. No es tarea fácil cuantificar la cantidad de hermanos de nuestra parroquia que o bien a través de las catequesis iniciales, o bien por el anuncio de la Buena Noticia de dos en dos por las casas, han podido recibir el testimonio de personas concretas, con los mismos problemas que ellos, con los mismos sufrimientos, han podido experimentar la salvación en sus vidas a través de un encuentro personal con Jesucristo resucitado de la muerte, que ha sabido dar sentido al tantas veces “sin sentido” de su vida.

 

En el siguiente paso, la Redditio Symboli, los hermanos proclaman durante la Cuaresma públicamente su fe, contenida en el Credo Apostólico, en celebraciones abiertas a toda la parroquia. Esos hermanos que han dado este testimonio público, reciben el Domingo de Ramos la palma, símbolo de la victoria sobre la muerte.

Los hermanos que han llegado a este paso de poder recibir la palma se incorporan a las tareas parroquiales de la pastoral de mediación que les quiera encomendar el párroco, como son las catequesis de Primera Comunión, las catequesis de Confirmación, la pastoral de Bautismos, los cursillos para novios, la pastoral de difuntos, las visitas a enfermos, la Cáritas parroquial, y las catequesis para adultos, actividad propia y genuina del Camino Neocatecumenal.

 

Esta actividad a lo largo de estos años de presencia del Camino en Begoña, no se ha ceñido exclusivamente a la Parroquia de Begoña, sino que diversos equipos de catequistas de las comunidades neocatecumenales de nuestra parroquia han extendido o extienden en la actualidad su impulso evangelizador a otras parroquias que se les han encomendado, como las de Ntra. Sra. de la Consolación, de Móstoles, San Juan Bautista, Ntra. Sra. del Espino, San Juan de Mirasierra o San Rafael Arcángel en las diócesis de Madrid o Getafe, pero además el impulso misionero que el Espíritu Santo suscita en el Camino Neocatecumenal se ha visto proyectado a través de catequistas itinerantes, presbíteros o familias en misión surgidas de la parroquia a diversas diócesis de Estados Unidos en los estados de Texas, California, New Jersey, Maryland, Pennsylvania, Hawai o Guam, en México en los estados de Guerrero, Quintana Roo o el Distrito Federal, así como en Montevideo (Uruguay).

 

En la actualidad hay siete comunidades neocatecumenales en la Parroquia de Begoña, de las que la más antigua (algunos de cuyos hermanos comenzaron el Camino en 1968) ya ha terminado el itinerario de Renovación del Bautismo, habiendo renovado las Promesas Bautismales en la Vigilia Pascual en la Catedral de la Almudena; actualmente esta comunidad, presidida por el párroco, P. José Peralbo, sigue el itinerario permanente de formación cristiana, y las otras seis comunidades que le siguen se encuentran en distintas etapas del itinerario del Camino Neocatecumenal, reuniéndose todas las semanas para tener la Celebración de la Palabra, la Celebración de la Eucaristía y viviendo la comunión entre los hermanos experimentando cómo el Espíritu actúa en medio de ellos haciendo crecer su fe alimentada por la Palabra de Dios y los Sacramentos.

 

En estas siete comunidades de la parroquia caminan 270 hermanos de los que aproximadamente 140 son jóvenes entre 14 y 30 años. Además los jóvenes matrimonios cuentan con más de 70 niños que aún no tienen edad de pertenecer a una comunidad, aunque asisten con sus padres a la eucaristía semanal y a la solemne Vigilia Pascual que dura toda la noche y en la que tienen un papel destacado y permanecen despiertos atentos al paso del Señor, especialmente en el bautismo por inmersión que reciben los niños nacidos antes de la Pascua.

 

Estos niños no reciben solamente una preparación especial para la Pascua a cargo de hermanos concretos de las comunidades cuya misión es darles una catequesis complementaria a la que reciben de sus padres todos los domingos en la celebración doméstica de Laudes, sino que se encargan de preparar celebraciones especiales en el tiempo de Navidad como es el Auto Sacramental de la Natividad de Jesucristo o la celebración de los Reyes Magos.

 

Memoria especial es debida a los numerosos hermanos de nuestras comunidades que nos han precedido ya en el Reino de los Cielos y que están intercediendo por todos nosotros y que esperan impacientes que nos reunamos con ellos para celebrar gozosos todos juntos la eucaristía celeste!

 

Mas no solamente debemos hablar de los frutos del Espíritu Santo en lo que se refiere a la actividad evangelizadora, a los matrimonios reconstruidos o a los hijos concebidos para la Vida Eterna: una de las riquezas que el Camino Neocatecumenal en la Parroquia de Begoña ha proporcionado a la Iglesia universal son las vocaciones al presbiterado y a la vida consagrada.

 

De las comunidades de Begoña han surgido seis vocaciones al presbiterado: una vocación tardía, el P. Alfonso Barreda, ordenado en la Diócesis de Getafe y que ya ha fallecido, después de servir unos años en una parroquia de la diócesis; el P. Juan Manuel Mazarío, ordenado en la Arquidiócesis de Santo Domingo y que actualmente presta sus servicios como presbítero en un equipo itinerante de Méjico; otros dos presbíteros, ordenados en la Archidiócesis de Madrid, y que después de estar algunos años en parroquias de Madrid se encuentran en América, el P. Jorge López, como párroco en una parroquia de un barrio marginal de la Arquidiócesis de Montevideo, en Uruguay, y el P. Enrique Mazarío, como presbítero de un equipo catequista itinerante en Méjico: el P. Jesús Mazarío, ordenado de la Arquidiócesis de Ciudad de México, que es formador del Seminario Redemptoris Mater de México, D.F., y el P. Javier Santaballa, ordenado en la Archidiócesis de Washington, que después de prestar servicio como vicario parroquial en varias parroquias de Maryland, está como vicerrector del Seminario Redemptoris Mater de Washington.

 

Entre las religiosas se encuentran tres monjas de clausura, Sor Ofelia en el Carmelo de Villalba del Alcor en Huelva, Sor Mª José de la Trinidad, en el convento carmelita de Ledesma (Salamanca) y Sor Mª Elena, en el convento carmelita de Córdoba. Hay una cuarta vocación para la vida consagrada activa, Sor Gema de Pedro, perteneciente a la orden de las Religiosas de la Asunción que presta sus servicios en Ponferrada (León).

 

No podemos dejar de mencionar que durante los años que está presente el Camino Neocatecumenal en la Parroquia de Ntra. Sra. de Begoña, varios seminaristas, procedentes de otros países o ciudades, han estado caminando en comunidades neocatecumenales de nuestra parroquia durante el tiempo que han estado realizando su formación en el Seminario Redemptoris Mater de Madrid; en la actualidad varios de ellos se encuentran prestando sus servicios como párrocos, vicarios parroquiales u otras actividades eclesiales en las Archidiócesis de Madrid, de Asunción (Paraguay) y Colonia (Alemania).

 

Desde aquí, expresamos nuestro filial agradecimiento a nuestra madre, la Santísima Virgen María, que nos ha mostrado este Camino para que nos encontráramos con su Hijo Jesucristo, y que nos invita a vivir en la comunidad como la Sagrada Familia de Nazaret, en humildad, sencillez y alabanza, donde el otro es Cristo.

 

 

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Para terminar, las Comunidades Neocatecumenales de la Parroquia de Ntra. Sra. de Begoña quieren dar las gracias a la Virgen del Carmen que ha suscitado en los Padres Carmelitas que han prestado sus servicios pastorales en esta parroquia, el deseo de sostener y alentar este Camino, gracias al cual la fe se revitaliza, en los que lo siguen, año tras año a impulsos del Espíritu Santo.

 

COMUNIDADES NEOCATECUMENALES DE LA PARROQUIA

NUESTRA SEÑORA DE BEGOÑA

 

NOTA.- Este escrito fue publicado en el año 2011 con motivo de las Bodas de Oro de  nuestra Parroquia.

 

 

Catequesis de jóvenes y adultos.

Al principio de cada curso suelen darse, en nuestra Parroquia, las Catequesis de jóvenes y adultos por un equipo de catequistas del Camino Neocatecumenal. Otro equipo de Catequistas de la primera Comunidad se desplaza a la Parroquia de San Juan de Mirasierra y, un tercer equipo de Catequistas de la segunda Comunidad de Begoña,  acompaña en su caminar a una Comunidad Neocatecumenal de la Parroquia de San Rafael Arcángel.

En la Parroquia existen actualmente siete Comunidades del Camino Neocatecumenal. Gran número de hermanos del Camino colaboran  en la pastoral de mediación: Catequesis de adultos, preparación para la Primera Comunión, Catequesis de Confirmación, Cursillos Prematrimoniales, preparación para el Bautismo,  pastoral de Difuntos y pastoral de la salud.

 

 

 

 

 

 

 

 

JUCAR, HISTORIA DE UN EMPEÑO

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Jesús dialogando con sus amigos les propuso lo siguiente: “El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga“. Palabras comprometidas para sus seguidores, también para los cristianos y para todos los que quieran seguir a Cristo.

Siempre ha habido cristianos que siguieron a Cristo no solo en el sentido espiritual que Él propuso, sino que, haciéndose peregrinos, caminaron tras sus huellas en la misma tierra donde Él se encarnó, vivió, padeció, murió y resucitó por nosotros.

Cierto día unos frailes se reunieron en Granada y pensaron que se podía revivir, en nuestro tiempo, los ideales de aquellos “locos por Cristo” que vivieron en el Monte Carmelo, puede que así nacieran los grupos JuCar.

 

En nuestra Parroquia de Begoña y en nuestro Colegio San José comenzaron en el mes de octubre de 1989 (sí, sí,  en el siglo pasado). La Provincia Carmelita decidió reimpulsar los grupos juveniles denominándolos Juventud Carmelita (JuCar). Pronto surgieron en Madrid, tanto en Begoña como en Misterios, Sevilla, Osuna, Antequera, Villalba,… Esto supuso la consolidación de un proceso.

 

Hagamos un poco de historia, volvamos nuestra mirada muy atrás, a mediados de los años 70. Por aquel entonces llegó a nuestra parroquia el Padre Juanjo y quienes tuvimos la suerte de conocerlo, aunque fuera poco tiempo, en seguida nos contagiamos de su entusiasmo. Comenzó entonces la “Misa de once”, la misa de los niños, la misa donde Juanjo, de una manera directa y sencilla explicaba aquellas lecturas tan “raras” de la Biblia. Era la misa donde los niños cantaban en la iglesia y se sentaban alrededor del altar, en el suelo. Una revolución para la época.

 

Desgraciadamente una terrible enfermedad nos privó de seguir con Juanjo, pero su semilla ya había cuajado y rápidamente apareció el “Movimiento Júnior”, que ninguno supimos muy bien lo que era pero que resultaba divertido y provechoso.

 

El testigo lo recogió el Padre Antonio Cano. Antonio supuso un antes y un después en los grupos de jóvenes de la parroquia y del colegio. Con mucho trabajo e ilusión se formó un montón de grupos. En sus cabezas empezaron a resonar ideas como solidaridad, compartir, “darse a los demás”, “cargar con tu cruz”. No había un proyecto establecido como tal pero aquello no tenía pinta de parar y aquellas primeras celebraciones, aquellas primeras convivencias hicieron que muchos jóvenes se “engancharan”. En una época (finales de los 70) en la que era relativamente fácil “engancharse” a otras cosas estos jóvenes se enganchaban a esta forma de vida.

 

La llegada al colegio del Padre Luis Ruano supuso la segunda revolución en los grupos de jóvenes de la parroquia y del colegio. El entusiasmo, la entrega gratuita y la generosidad del Padre Luis los cautivó desde el principio. Luis era, ante todo, una persona buena. Gracias a él comenzaron  a tomar fuerza algunas ideas que después les acompañaron siempre a lo largo de sus vidas: “Fiarse” del Padre, denuncia constante de la injusticia, el amor a María y práctica de la oración. Así comenzaron a beber y vivir la espiritualidad carmelita.

 

Nos cuenta Papi que, “para algunos de nosotros que, desde el principio nos subimos a ese tren, empezamos a paladear lo que significa “el grupo”. Ocurrieron experiencias impagables. ¡Cómo olvidar aquella primera Pascua en “Taizé”, aquel descubrir que había más gente en otras provincias y en otros países  que compartían nuestra forma de pensar y de vivir”! Aquel viaje, hay que reconocerlo, se llevó a cabo por la “cabezonería” de otra figura que, siempre en la sombra, resultó clave en el colegio y la parroquia: El Padre Antonio Cepas. El equipo formado por ellos, la complicidad inexcusable del P. Antonio Ruiz en la dirección del colegio y del Padre Ramón Cózar como párroco, hizo florecer, a su máximo esplendor, el movimiento juvenil en la parroquia y en el colegio.

 

Se realizaban proyectos de colaboración, campañas. Comenzó el coro de una manera más organizada, -no podemos olvidar el trabajo abnegado de Maite que ha cumplido ya los 25 años en este trabajo, poco valorado, pero fundamental para los niños de la parroquia y del colegio. En Navidades se preparaba el Festival JuCar donde cada grupo presentaba alguna actuación y donde la preparación siempre era lo más divertido: telenovelas, cantos, obrillas de teatro…, poesía o canciones en nuestro tan llorado salón de actos. Los que estaban embarcados, en aquella locura maravillosa, trabajaban mucho. Era una constante estar en el colegio, en la parroquia, “echarle horas”, pero siempre desde el entusiasmo, desde la alegría, siempre con el apoyo de Luis y de Ramón.

 

En nuestros recuerdos quedarán para siempre aquellos chiringuitos que organizábamos en la puerta de la Iglesia para recaudar fondos para las campañas, aquellos rastrillos donde hasta los más pequeños colaboraban vendiendo lo que hacían con sus manos. Cómo olvidar las pascuas (Osuna, Pedroche), las misas del Gallo, el encuentro con los portugueses donde nos enterábamos de la mitad ya que el portugués nos resultaba un poco difícil. O cuando íbamos a cantar a la residencia de ancianos sólo para verlos felices.

 

En el mes de mayo, la verbena Júcar, donde se sacaba dinero para algún proyecto para el tercer mundo. Durante la preparación, el colegio era nuestra casa, ya que pasábamos horas y horas organizando la tómbola, los puestos de artesanía, los juegos… Y no sabemos por qué siempre coincidía con algún partido de fútbol y acabábamos con la televisión para que la gente no se fuera. Alguna buena tormenta nos cayó teniendo que recoger todo apresuradamente.

 

Tantas actividades, tanto trabajo, y tanta ilusión que, echando la vista atrás, no podemos evitar esbozar una sonrisa y sentir un escalofrío de nostalgia.

 

Los grupos continuaron su caminar, con sus luces y sombras. Unos desaparecieron, otros siguen madurando y se embarcan en otros proyectos de vida comunitaria, siempre con el colegio y la parroquia como referencia, porque los sentíamos como algo nuestro. Y así continúan a pesar de la marcha de Luis y seguimos prestando nuestra ayuda a todas las personas que vinieron detrás y se hicieron cargo del proyecto de pastoral,  todavía sin nombre, pero con mucho contenido. Fueron personas que aportaron mucho al proyecto, pero también a nuestra maduración como grupos, y como personas. Todo el cariño y la dedicación que el P. Paco Daza y el P. Javier Villegas pusieron en los grupos, fortalecieron aún más su desarrollo.

 

El cambio definitivo en los grupos de nuestra parroquia se produjo con la llegada al colegio del Padre Pablo Herrasti, que rápidamente asumió la organización de los mismos. Se empezó a producir el relevo de los que tantos años llevábamos aquí, debido a que nuestras circunstancias personales y cargas familiares dificultaban la continuidad.

 

Pero el proyecto ya estaba en marcha y Pablo con su tesón y entrega consiguió que no se detuviera nunca. Llegaron nuevos monitores, nuevos proyectos, nuevas ilusiones,  y los grupos continuaron y continúan  con su labor de dar testimonio, de que se puede vivir de otra manera, contando con otras realidades. También estuvieron como coordinadores de los grupos Jorge Beltrán y Fernando Barbero.

 

Hoy en día continúa con la labor el P. David del Carpio que sigue organizando actividades solidarias. Sus verbenas son un ejemplo de organización,  trabajo y lucha contra las dificultades.  Campamentos de verano para los peques y los mayores en unión con los grupos de la Región Ibérica.

 

El otro día le pregunté a un joven qué era JUCAR para él y me dijo que era una manera más divertida de descubrir a Dios. En el fondo, después de tantos años, me doy cuenta que tiene razón, que se puede ver a Dios de otra manera y que conviene pensar que algo se puede cambiar.

Definir qué son los grupos  “JuCar” es difícil o muy fácil si nos atenemos a los hechos. Sin temor a equivocarnos podríamos dar esta definición: “Grupos juveniles que comparten evangelio y vida, con la sencilla pretensión de conocer mejor y vivir el mensaje de Jesús. Sin olvidar que son familia Carmelita formando parte de la parroquia y del colegio. Y además comparten la amistad desde el tiempo libre”.

Muchos de los que empezamos hace años vemos ahora a nuestros hijos en los grupos JuCar y pensamos que ha merecido la pena el esfuerzo de tanta gente. Por desgracia los grupos suelen tener su final cuando la gente empieza las carreras o comienzan a trabajar ya que es muy difícil conjugar los horarios e incluso los intereses. Son 21 años de grupos JuCar, así que pronto… LAS BODAS DE PLATA.

Antonio (Papi)

Maite

David

Pablo

 

NOTA.- Este escrito fue publicado en el año 2011 con motivo de las Bodas de Oro de nuestra Parroquia.

 

 

 

 

TALLERES DE ORACIÓN Y VIDA

 Los Talleres de Oración y Vida lo componen, en nuestra Parroquia,  un grupo de 20 señoras y 2 señores. Se reúnen todos los martes, de 16:30 h.a 18:00 h.  Además de hacer oración, se proclaman las lecturas del Domingo y se comentan. El curso concluye con una visita al Cerro de los Ángeles. Actualmente se está impartiendo una nueva sesión sobre los Talleres de Oración y Vida.

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Fundamentalmente los TOV entregan a los fieles un método práctico para aprender a orar; y orar de una manera ordenada, variada y progresiva: desde los primeros pasos hasta las profundidades de la contemplación.

Este aprendizaje, sin embargo, no es teórico como en un curso sino práctico como en un taller.
En un taller se aprende trabajando y se trabaja aprendiendo. En nuestro caso los verbos aprender y trabajar se refieren a la actividad orante: orando se aprende a orar. Tiene, pues, el Taller de Oración una connotación eminentemente experimental y práctica.

Orar no consiste en una reflexión intelectual, sino en un elevar a Dios la mente -atención y emoción- y así entrar en una comunicación afectiva con un Tú. Es, pues, una actividad vital, y las cosas de la vida se aprenden viviéndolas, practicándolas.

Padre Ignacio Larrañaga, Fundador

Ignacio Larrañaga, sacerdote franciscano, capuchino originario del País Vasco, ha desarrollado una amplia labor animadora y evangelizadora durante 25 años en América Latina, Norteamérica y Europa.

Los Encuentros de Experiencia de Dios, que se iniciaron en el Brasil en 1974, y los Talleres de Oración y Vida, que datan de 1984, transmiten de manera pedagógica su mensaje y se han convocado a lo largo de los años a decenas de miles de personas.