Casi todos los veranos suelo pasar unos días de descanso en nuestra casa del Beato Tito Brandsma, en Torrenueva (Granada).
Torrenueva es un pueblo pequeño de la costa granadina. Es un pueblo tranquilo, ideal para descansar unos días junto al mar.
Recuerdo que, en años pasados, mi ilusión era bañarme todos los días y me entristecía cuando el mar aparecía bravío y no me podía bañar.
Este año, sin embargo, he cambiado de opinión. Mirando al mar embravecido he pensado: ¡qué fantástico espectáculo! Me ha sobrepasado tanta belleza. Me he ensimismado en la contemplación y he transcrito en unos versos mi experiencia de la que te hago partícipe.
Un abrazo, José Peralbo, O.Carm.
MAR EMBRAVECIDA
(¡A la mar embravecida de Torrenueva!)
Avanzas con imperio,
rizando el agua,
y a tu paso señalas
bancales de colores,
azul y malva.
Oh mar embravecida,
deleite de miradas,
El canto de tus olas
arrulla el alma.
¡Oh surcos transversales
de aguas blancas,
que llegan a la orilla
en tromba derramada.
Oh mar embravecida,
inspiración amada,
del pintor que contempla
sus cabalgatas.
Déjate seducir
por su mirada,
plasmada de impresiones,
en el lienzo del alma.
José Candelario Torrenueva, 30-VII-2016
EL MAR
Riela, riela,
las aguas del mar,
rizadas, se alegran
con nuevo cantar.
En el Horizonte
se abrasan los montes
al ponerse el sol,
y en las playas mueren
las olas viajeras
con blanco primor.
Riela, riela,… etc. etc.
En la mar tranquila,
de espaldas al agua,
miraba yo al cielo,
y lo contemplaba,
bañando mi vida,
mi cuerpo y mi alma.
Riela, riela,… etc. etc.
Junto a la ribera
se levanta el pueblo,
preñado de vidas,
que buscan la playa
para refrescar
sus vidas cansadas.
Riela, riela,… etc. etc.
Desde el campanario
se anuncian las horas
en el tiempo exacto
y un toque de gracia
aroma el ambiente
para la oración.
Riela, riela,… etc. etc.
José Candelario Torrenueva, 30-VII-2016